Pekín

Llegamos a Pekín después del larguísimo viaje, algo cansados, pero con muchas ganas. Bien informados, regateamos con un "amable" chino que nos vino a "informar" pero finalmente nos ofrece su furgoneta para llevarnos al hotel (Drum Tower Hostel) por unos 400 yuanes (unos 44 euros) que finalmente dejamos en 250 (para 6). El aeropuerto está a unos 30 minutos por autopista, sin mucho tráfico. Lo cierto es que la primera impresión de Pekín es extraña, es de día, pero no se ve el sol, una espesa nube (¿contaminación?) cubre toda la ciudad, como hizo todos los días que anduvimos por allá. La explicación que nos da el guía-conductor es que Pekín está en un valle, y la humedad queda atrapada.

El Hostal es decente, sin ningún lujo pero con las camas cómodas y un nivel de limpieza aceptable:

     Drum Tower International Youth Hostel.

La puerta no cierra, pero nos prometen arreglarla. El baño es la peor parte, sobre todo para 6. Al menos es bastante barato y hay WiFi gratis.

Salimos a dar una vuelta por los alrededores:

Antes de entrar a la Ciudad Prohibida, comenzamos a comprobar la simpatía de los chinos.

Indicaciones por la calle:

La verdad es que Pekín no tiene un gran atractivo, tal vez para estar un par de días, pero personalmente creo que el Palacio de Verano y la Ciudad Prohibida están sobrevalorados, al menos en verano están bastante llenos y el bochorno le resta puntos.

En la Plaza de Tiananmen hay que parar, por su historia. Es un espacio abierto, agradable y con mucha gente (la mayoría turistas chinos, al menos en Agosto).





Antes de coger el vuelo de vuelta, pasamos también dos días en Pekín, visitamos el palacio de verano y el Mercado de la Seda (muchas veces =).

Palacio de Verano:





Unos de los pocos momentos en que vislumbramos el sol en Pekín:

Por el área del mercado de la seda hay otro centro comercial, más pijo, con fuentes...